domingo, 16 de abril de 2017

Sermón: “Sobre la Misa de Siempre y la misa moderna”

Padre Fernando Altamira Sermón: “Sobre la Misa de Siempre y la misa moderna” (Prédica del Domingo IV de Cuaresma)

domingo, 8 de enero de 2017

lunes, 2 de enero de 2017

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Diferencias entre la Biblia Católica y biblia protestante



¿Qué diferencias hay entre las Biblias católicas y las Biblias protestantes?
La Biblia no es un solo libro, como algunos creen, sino una biblioteca completa. Toda la Biblia está compuesta por 73 libros, algunos de los cuales son bastante extensos, como el del profeta Isaías, y otros son más breves, como el del profeta Abdías. Estos 73 libros están repartidos de tal forma, que al Antiguo Testamento (AT) le corresponden 46, y al Nuevo Testamento (NT) 27 libros. De vez en cuando suele caer en nuestras manos alguna Biblia protestante, y nos llevamos la sorpresa de que le faltan siete libros, por lo cual tan sólo tiene 66 libros. Este vacío se encuentra en el Antiguo Testamento y se debe a la ausencia de los siguientes libros: Tobías, Judit, 1 Macabeos, 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y el de Baruc.

¿Por qué esta diferencia entre la Biblia católica y la protestante?
Es un problema histórico-teológico muy complejo. Resumiendo mucho, trataremos de contestar esta pregunta.
Primero vamos a explicar cómo se formó la colección de libros sagrados del Antiguo Testamento dentro del pueblo judío. Y luego veremos cómo los cristianos aceptaron estos libros del A.T. junto con los libros del N.T. para formar la Biblia completa.

La antigua comunidad judía de Palestina
En tiempos de Jesucristo, encontramos que en Palestina el pueblo judío sólo aceptaba el A.T. Y todavía no habían definido la lista completa de sus libros sagrados, es decir, seguía abierta la posibilidad de agregar nuevos escritos a la colección de libros inspirados. Pero desde hacía mucho tiempo, desde alrededor de los años 600 antes de Cristo, con la destrucción de Jerusalén y la desaparición del Estado judío, estaba latente la preocupación de concretar oficialmente la lista de libros sagrados. ¿Qué criterios usaron los judíos para fijar esta lista de libros sagrados? Debían ser libros sagrados en los cuales se reconocía la verdadera fe de Israel, para asegurar la continuidad de esta fe en el pueblo. Había varios escritos que parecían dudosos en asuntos de fe, e incluso francamente peligrosos, de manera que fueron excluidos de la lista oficial. Además aceptaron solamente libros sagrados escritos originalmente en hebreo (o arameo). Los libros religiosos escritos en griego fueron rechazados por ser libros muy recientes, o de origen no-judío. (Este último dato es muy importante, porque de ahí viene después el problema de la diferencia de libros.) Así se fijó entonces una lista de libros religiosos que eran de verdadera inspiración divina y entraron en la colección de la Escritura Sagrada. A esta lista oficial de libros inspirados se dará, con el tiempo, el nombre de «Canon», o «Libros canónicos». La palabra griega Canon significa regla, norma, y quiere decir que los libros canónicos reflejan «la regla de vida», o «la norma de vida» para quienes creen en estos escritos. Todos los libros canónicos de la comunidad de Palestina eran libros originalmente escritos en hebreo-arameo. Los libros religiosos escritos en griego no entraron en el canon, pero recibieron el nombre de «apócrifos», «libros apócrifos» (= ocultos), porque tenían doctrinas dudosas y se los consideraba «de origen oculto». En el primer siglo de nuestra era (año 90 después de Cristo) la comunidad judía de Palestina había llegado a reconocer en la práctica 39 libros como inspirados oficialmente. Esta lista de los 39 libros de A.T. es el llamado «Canon de Palestina», o «el Canon de Jerusalén».

La comunidad judía de Alejandría
Simultáneamente existía una comunidad judía en Alejandría, en Egipto. Era una colonia judía muy numerosa fuera de Palestina, pues contaba con más de 100.000 israelitas. Los judíos en Egipto ya no entendían el hebreo, porque hacía tiempo habían aceptado el griego, que era la lengua oficial en todo el Cercano Oriente. En sus reuniones religiosas, en sus sinagogas, ellos usaban una traducción de la Sagrada Escritura del hebreo al griego que se llamaba «de los Setenta». Según una leyenda muy antigua esta traducción «de los Setenta» había sido hecha casi milagrosamente por 70 sabios (entre los años 250 y 150 antes de Cristo).
La traducción griega de los Setenta conservaba los 39 libros que tenía el Canon de Palestina (canon hebreo), más otros 7 libros en griego. Así se formó el famoso «Canon de Alejandría» con un total de 46 libros sagrados.
La comunidad judía de Palestina nunca vio con buenos ojos esta diferencia de sus hermanos alejandrinos, y rechazaban aquellos 7 libros, porque estaban escritos originalmente en griego y eran libros agregados posteriormente.
Era una realidad que, al tiempo del nacimiento del cristianismo, había dos grandes centros religiosos del judaísmo: el de Jerusalén (en Palestina), y el de Alejandría (en Egipto). En ambos lugares tenían autorizados los libros del A.T: en Jerusalén 39 libros (en hebreo- arameo), en Alejandría 46 libros (en griego).

Los primeros cristianos y los libros sagrados del A.T.
El cristianismo nació como un movimiento religioso dentro del pueblo judío. Jesús mismo era judío y no rechazaba los libros sagrados de su pueblo. Además los primeros cristianos habían oído decir a Jesús que El no había venido a suprimir el A.T. sino a completarlo (Mt. 5, 17). Por eso los cristianos reconocieron también como libros inspirados los textos del A.T. que usaban los judíos. Pero se vieron en dificultades. ¿Debían usar el canon breve de Palestina con 39 libros, o el canon largo de Alejandría con 46 libros?. De hecho, por causa de la persecución contra los cristianos, el cristianismo se extendió prioritariamente fuera de Palestina, por el mundo griego y romano. Al menos en su redacción definitiva y cuando en los libros del N.T. se citaban textos del A.T. (más de 300 veces), naturalmente se citaban en griego, según el Canon largo de Alejandría. Era lo más lógico, por tanto, que los primeros cristianos tomaran este Canon griego de Alejandría, porque los mismos destinatarios a quienes debían llevar la palabra de Dios todos hablaban griego. Por lo tanto, el cristianismo aceptó desde el comienzo la versión griega del A.T. con 46 libros.

La reacción de los judíos contra los cristianos
Los judíos consideraban a los cristianos como herejes del judaísmo. No les gustó para nada que los cristianos usaran los libros sagrados del A.T. Y para peor, los cristianos indicaban profecías del A.T. para justificar su fe en Jesús de Nazaret. Además los cristianos comenzaron a escribir nuevos libros sagrados: el Nuevo Testamento. Todo esto fue motivo para que los judíos resolvieran cerrar definitivamente el Canon de sus libros sagrados. Y en reacción contra los cristianos, que usaban el Canon largo de Alejandría con sus 46 libros del A.T., todos los judíos optaron por el Canon breve de Palestina con 39 libros. Los 7 libros griegos del Canon de Alejandría fueron declarados como libros «apócrifos» y no inspirados. Esta fue la decisión que tomaron los responsables del judaísmo en el año 90 después de Cristo y proclamaron oficialmente el Canon judío para sus libros sagrados. Los cristianos, por su parte, y sin que la Iglesia resolviera nada oficialmente, siguieron con la costumbre de usar los 46 libros como libros inspirados del A.T. De vez en cuando había algunas voces discordantes dentro de la Iglesia que querían imponer el Canon oficial de los judíos con sus 39 libros. Pero varios concilios, dentro de la Iglesia, definieron que los 46 libros del A.T. son realmente libros inspirados y sagrados.

¿Qué pasó con la Reforma?
En el año 1517 Martín Lutero se separó de la Iglesia Católica. Y entre los muchos cambios que introdujo para formar su nueva iglesia, estuvo el de tomar el Canon breve de los judíos de Palestina, que tenía 39 libros para el A.T. Algo muy extraño, porque iba en contra de una larga tradición de la Iglesia, que viene de los apóstoles. Los cristianos, durante más de 1.500 años, contaban entre los libros sagrados los 46 libros del A.T. Sin embargo, a Lutero le molestaban los 7 libros escritos en lengua griega y que no figuraban en los de lengua hebrea. Ante esta situación los obispos de todo el mundo se reunieron en el famoso Concilio de Trento y fijaron definitivamente el Canon de las Escrituras en 46 libros para el A.T. y en 27 para el N.T.
Pero los protestantes y las muchas sectas nacidas de ellos, comenzaron a usar el Canon de los judíos palestinos que tenían sólo 39 libros del AT. De ahí vienen las diferencias de libros entre las Biblias católicas y las Biblias evangélicas.

Los libros canónicos
Los 7 libros del A.T. escritos en griego han sido causa de muchas discusiones. La Iglesia Católica dio a estos 7 libros el nombre de «libros deuterocanónicos». La palabra griega «deutero» significa Segundo. Así la Iglesia Católica declara que son libros de segunda aparición en el Canon o en la lista oficial de libros del A.T. porque pasaron en un segundo momento a formar parte del Canon. Los otros 39 libros del A.T., escritos en hebreo, son los llamados «libros protocanónicos». La palabra «proto» significa «Primero», ya que desde el primer momento estos libros integraron el Canon del A.T.

Qumram
En el año 1947 los arqueólogos descubrieron en Qumram (Palestina) escritos muy antiguos y encontraron entre ellos los libros de Judit, Baruc, Eclesiástico y 1 de Macabeos escritos originalmente en hebreo, y el libro de Tobías en arameo. Quiere decir que solamente los libros de Sabiduría y 2 de Macabeos fueron redactados en griego. Así el argumento de no aceptar estos 7 libros por estar escritos en griego ya no es válido. Además la Iglesia Católica nunca aceptó este argumento.

Consideraciones finales
Después de todo, nos damos cuenta de que este problema acerca de los libros, es una cuestión histórico-teológica muy compleja, y con diversas interpretaciones y apreciaciones. Con todo, es indudable que la Iglesia Católica, respecto a este punto, goza de una base histórica y doctrinal que, muy razonablemente, la presenta como la más segura. Sin embargo, desde que Lutero tomó la decisión de no aceptar esta tradición de la Iglesia Católica, todas las iglesias protestantes rechazaron los libros Deuterocanónicos como libros inspirados y declararon estos 7 libros como libros «apócrifos». En los últimos años hay, de parte de muchos protestantes, una actitud más moderada para con estos 7 libros e incluso se editan Biblias ecuménicas con los Libros Deuterocanónicos. En efecto, han ido comprendiendo que ciertas doctrinas bíblicas, como la resurrección de los muertos, el tema de los ángeles, el concepto de retribución, la noción de purgatorio, empiezan a aparecer ya en estos 7 libros tardíos. Por el hecho de haber suprimido estos libros se dan cuenta de que hay un salto muy grande hasta el N.T. (más o menos una época de 300 años sin libros inspirados). Sin embargo estos 7 libros griegos revelan un eslabón precioso hacia el N.T. Las enseñanzas de estos escritos muestran una mayor armonía en toda la Revelación Divina en la Biblia. Por este motivo, se ven ya algunas Biblias protestantes que, al final, incluyen estos 7 libros, aunque con un valor secundario.

        El versículo de Lucas 1,28 es traducido por la versión Reina-Valera Actualizada (1989): “Cuando entró a donde ella estaba, dijo: –¡Te saludo, muy favorecida! El Señor está contigo”. Omite las palabras “bendita tú entre las mujeres”, las cuales aparecen, en cambio, en la versión Reina-Valera (de 1909), en la Reina-Valera Revisada (1960) y la Reina-Valera Actualizada (1995).
        El versículo de Mateo 16,18 aparece en la Reina-Valera de 1909 como “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”; pero en lugar de piedra aparece “roca” en las versiones Reina-Valera Actualizada (1989), Reina-Valera Revisada (1960) y Reina-Valera Actualizada (1995). El cambio es importante, porque está detrás la discusión de la relación entre el nombre de Pedro y la “piedra” sobre la que se edifica la Iglesia de Jesucristo; la relación entre los términos arameos “Cefas-cefas” usados por el Señor queda en evidencia en la traducción “Pedro-piedra” y no tanto cuando se traduce “Pedro-roca” (de todos modos, llegado el caso se puede explicar bien).
        En Juan 6,56, Jesús dice “Ésta es mi sarka”. Las cuatro versiones que venimos mencionando (Reina-Valera, 1909; Reina-Valera Actualizada, 1989, Reina-Valera Revisada, 1960; Reina-Valera Actualizada, 1995) traducen “carne” (al igual que las versiones católicas); pero de hecho el término griego “sark”, admite otras acepciones como carne, cuerpo físico, naturaleza humana, descendencia terrena (como por ejemplo la usa san Pablo en Ro 9,8). Los traductores han hecho una interpretación (correcta) inclinándose, como más exacta, por la palabra “carne”18. En Lc 1,32 aparece dôsei, de dídômi, que si bien significa dar, garantizar, permitir, colocar, establecer, pagar, producir, causar, confiar, ofrecer, infligir (como castigo), etc., es traducido en todas las versiones como “dar” (“el Señor Dios le dará”). Etc.

La versión conocida como Reina-Valera de la Biblia tuvo su origen con la presentación de la llamada Biblia del Oso, que alcanzó amplia difusión, durante la reforma protestante. Fue publicada en 1569 y debe su nombre al principal autor de la edición original, Casiodoro de Reina, así como a su primer revisor Cipriano de Valera, esta Biblia aunque dice fue traducida de los originales la realidad es que es una traducción de la Biblia de Eramos copiados de unos textos Sirios llamado "Textus Receptus". La Biblia original que tenia notas y contenía los Libros Deuterocanonicos fue "revisada" por Cipriano Valera a la muerte de Reyna, desde esa época hasta este siglo ha tenido decenas de "revisiones" hasta una de las más recientes que rodando comas y puntos pone en duda la divinidad de Cristo...La traducción es pésima y tendenciosa pues mal interpreta palabras para no dar la razón a la Iglesia Católica, estos son ejemplos de algunas:

1 Corintios 11,2
Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conserváis las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido.
Como podemos ver, San Pablo está alabando a la comunidad de Corintios no por guardar el Evangelio, sino por guardar las " Tradiciones", lo cual se clarifica al saber que los Evangelios en esa época aún circulaban en las comunidades cristiana y el conocimiento de JESÚS se comunicaba oralmente, o sea en forma de Tradición.
Curiosamente la versión Reina-Valera editada por la sociedad Bíblica Trinitaria y que es la mas utilizada en las Iglesias no católicas lee de esta forma: y os alabo hermanos, que en todo os acordáis de mí, y retenéis las INSTRUCCIONES de la manera que os enseñé"……. Qué ocurrió aquí? ….. Porque se ha cambiado la Palabra de Dios? ……..La palabra griega para instrucciones es Paideia entre otras, pero esta nunca sustituye a la palabra Tradición. Aquí se ha alterado la palabra de Dios lo cual constituye un caso muy grave contra el Señor y su Iglesia.
En otras versiones protestantes la palabra Tradición es cambiada por " Doctrina", pero resulta que la palabra doctrina se dice en Griego Didescalia, didace, eterodidaskaleo, que tampoco sustituye a Tradición.

II Tesalonicenses 2,15
Así pues hermanos manteneos firme y conservad las Tradiciones Que habéis recibido de nosotros.
Aquí de nuevo la versión Reina –Valera vuelve a cambiar la palabra Paradosis incurriendo en un nuevo error. San Pablo insiste continuamente en que se debe conservar todo lo recibido por él y que a su vez recibió de los Apóstoles y esto es tradición.

¿Qué contienen los Deuterocanonicos?
Predispuestos con la ubicación de estos libros, los protestantes se han tomado la tarea de buscar evidencias que pongan en tela de juicio la inspiración divina de los mismos. Han tratado de desvirtuar su contenido con frases textuales sacadas de ellos y exponiéndolas fuera de su contexto; así bajo esta regla hasta los libros de la Biblia hebrea perderían su inspiración divina.

Tobías: Este libro nos narra la historia de Tobías, un judío del norte de Palestina, de la tribu de Neftalí, desterrado a Asiria. Llega a ser administrador del Rey pero sigue siendo el mismo lleno de amor por los pobres e incluso a exponer su vida por esto. El personaje de fondo es Tobit, el padre de Tobías, que muestra su amor por educar a su hijo en la ley de Dios.
Este junto a Macabeos es la principal piedra en el zapato de los protestantes, por el siguiente verso:
“Sepan entonces que, cuando tú y Sara rezaban, yo presentaba tus oraciones a Dios” (Tob 12,12).
Bajo esta frase, la doctrina de la intercesión de los ángeles y santos quedaría fortalecida.

Aun más, si se observa Apocalipsis 8 donde se dice:
“... se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer... las oraciones de todos los santos, se elevó de las manos del ángel a Dios”. (Ap 8,3-4).

Esta conexión presente entre Tobías y Apocalipsis llevó a Martín Lutero a considerar el Apocalipsis como un libro apócrifo e intentar sacarlo del canon del Nuevo Testamento. Lutero debió ser muy astuto para intentar buscar en el Nuevo Testamento cualquier cita que apoyara los deuterocanónicos para querer sacarlos también del Canon. En los otros libros se observará que él hace lo mismo.
 Pero lo que arguyen los protestantes es que estos libros se contradicen con los otros. Veamos si es verdad:
En 1Sam 16, Samuel busca a David para ungirlo porque el espíritu de Dios vive en él. A Saúl lo atormenta un espíritu malo que supuestamente viene de Dios (esto sí que pareciera contradictorio a Dios), entonces le envían a David al rey Saul, y dice la Palabra:
“Cuando el espíritu de Dios atormentaba a Saúl, David tocaba la cítara y Saúl encontraba calma y bienestar, y el espíritu malo se apartaba de él.” (1 Sam 16,23)
En Tobías se aprecia una historia similar: Sara se ha casado varias veces, y todos sus maridos han muerto por la presencia de un espíritu malo; el ángel Rafael le dice a Tobías que tome un pescado, le saque el hígado, la hiel y que al quemarlo el espíritu malo desaparecerá:
“Si se quema el corazón o el hígado del pez ante un hombre o mujer atormentados por un espíritu malo desaparecerá para siempre”(Tob 5, 8)
 Entonces, si dicen algunos protestantes, que esto es brujería, que no es bíblico, tampoco sería lo de David. En conclusión, el lector se dará cuenta, que son costumbres del pueblo judío. No significa que esto sea antibíblico.

Otro argumento usado contra Tobías, lo aprecie de un libro protestante (y cualquier artículo evangélico sobre este tema lo usa) donde criticaban este verso:
“... la limosna libra de la muerte y purifica todos los pecados” (Tob 12, 9)
A simple vista parece que los pecados fueran borrados no por el poder de Dios sino la limosna. Pero si miramos el verso dentro de su contexto veremos que el ángel Rafael en el versículo 7-8 dice:
“Practiquen el bien, porque así nunca les alcanzará el mal. Es buena la oración con ayuno, limosna y justicia.... es mejor dar al pobre que amontonar tesoros...”
Como se ve, el autor está comparando el dar a los pobres con el amontonar tesoros; y de aquí muestra cual de los dos actos purifica mas y libra de los pecados. No es en sí el dar limosna, pero comparado con amontonar tesoros, lo primero le agrada más a Dios. Además completemos esto con otro texto:
“Por eso, rey, acepta mi consejo: borra tus pecados con obras de justicia y tus maldades con obras de  misericordia con los pobres”(Dan 4,24)
¡Caramba!. ¿Será que Daniel, el que profetiza sobre Cristo en el capítulo 7, está suplantando su obra redentora por las obras con los pobres?. Para poder tomar una cita aislada de la Biblia se debe asegurar que otro texto no contradiga supuestas afirmaciones ya que en verdad LA PALABRA NO SE CONTRADICE. Además, cuando la Iglesia aun no ha apostatado como dicen los protestantes, Policarpo de Esmirna en el siglo II, discípulo del apóstol Juan escribe en su carta a los filipenses:
“Cuando puedan hacer el bien, no lo posterguen, pues la limosna libera de la muerte”
Será que Policarpo se equivocó y referenció un libro NO INSPIRADO. Más bien se debe dudar hombres aparecidos hace unos cuantos siglos.
Y para ser más exactos la primera carta de Pedro dirá: “porque el amor cubre o disimula multitud de pecados” ¿Será que dirán que esto también es un mensaje de salvación falso?

 1 y 2 Macabeos: Los libros que existieron de los Macabeos fueron cuatro pero la Iglesia sólo reconoció dos de ellos como inspirados por Dios. La historia de estos libros se desarrolla en el segundo siglo antes de Cristo (175-135) cuando una familia al mando de Judas Macabeo, lucha por la libertad del pueblo judío, y más de su religión. Se vuelve a advertir que el punto álgido con los protestantes es la oración a los muertos, que fortalecería la doctrina del Purgatorio, pero cabe resaltar, que esta doctrina no está soportada solo en este versículo:
“... y rezaron al Señor para que perdonara totalmente ese pecado a sus compañeros muertos”. (2 Mac 12, 42).
 Según esto, si se ora por los muertos, Dios perdonará sus pecados. Realmente no existe otra cita en la Biblia que muestre lo mismo, pero el sentido de este artículo no es explicar el purgatorio, sin embargo se muestra a continuación el pensamiento de un autor protestante sobre la oración a los muertos:
"Claro que oro por los muertos. La acción es tan espontánea, tan inevitable, que sólo el caso teológico más compulsivo contra ella podría detenerme. Y apenas sé cómo podría sobrevivir el resto de mis oraciones si las que son por los muertos fueran prohibidas. A nuestra edad, la mayoría de los que más amamos están muertos. ¿Qué clase de relación podría tener con Dios si no pudiera mencionarle lo que más amo?". C.S.Lewis.  Cartas a Malcom.

Pero como esto no los haría cambiar de opinión, igual que en Tobías, han buscado citas para desprestigiar los libros. Por ejemplo en 2 Macabeos 15:
“Si la narración ha sido buena y bien dispuesta, esto es lo que he deseado; mas si ha sido mediocre e imperfecta, es porque no podía hacerla mejor”(2 Mac 15,38).
 Según un libro protestante, esta cita hace dudar de la verdadera inspiración del autor, pero yo creo que siendo sincero el autor realza más su labor de escritor. Pregúntele a un protestante si el Espíritu que inspiro a los autores de Crónicas fue diferente al que inspiró al de Proverbios, sólo porque uno recopila datos históricos, mientras que el otro indica lo que agrada a Dios.
Otra cita usada se encuentra en el capítulo 14 donde el autor protestante dice que aquí se exalta el suicidio. Pero leamos lo que realmente dice:
“Los paganos que habían huido de Judea por temor a Judas, acudieron muy numerosos a Nicanor, pensando que las desgracias y la derrota de los judíos serían victorias para ellos”. (2 Mac 14,14)

¿En una época como la de los Macabeos, a que pueblo no le agradaría que sus enemigos sean vencidos? No se observa ninguna exaltación como quieren hacer ver.

Se puede intentar hacer el mismo análisis que en Tobías para ver que cita del Nuevo Testamento la refuerza, y si COINCIDENCIALMENTE Lutero lo saco del canon del Nuevo Testamento:
Dave Amstrong en su artículo sobre los deuterocanónicos (traducido por Luis Pérez) hará un paralelo entre (1 Cor 15, 29)y (2 Mac 12, 44):
1ª Corintios 15:29 De no ser así ¿a qué viene el bautismo por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿porqué bautizarse por ellos?
2ª Macabeos 12:44 Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos.

En la cita de Pablo, el término “bautismo” connota expresamente penitencia o aflicción (ver Mc 10, 38-39) y está indicando las oraciones que la Iglesia primitiva hacia por los muertos (por los que se podía orar). Pero como esta cita puede ser entendida de un modo diferente, Lutero no vio problema en dejarla. Donde si no perdonó fue en la carta a los Hebreos.

El capítulo siete del segundo libro de Macabeo presenta una bella historia, de 7 hermanos que mueren torturados por no postrarse y adorar a un rey. Lo bello de esta historia es ver la fe de estos hermanos en la promesa de la resurrección de los muertos. Cada uno muere torturado confiando en la recompensa eterna. Pasando al Nuevo Testamento, Hebreos 11, 35 dirá:
“las mujeres recibieron a sus muertos por la resurrección. Algunos fueron torturados, rehusando aceptar ser liberados, para poder levantarse nuevamente a una vida mejor" (Heb 11, 35). James Akin (evangélico converso) en su escrito sobre el tema recapitula los hechos donde el Antiguo Testamento protestante muestra a hombres torturados y nunca hacen alusión a la esperanza de la Resurrección. Lutero debió haber leído este pasaje y haberse acordado de Macabeos, y como no estaba de acuerdo con lo que este deutero enseñaba, libremente decidió también llamar a la Carta a los hebreos: APÓCRIFA.

El primer libro de los Macabeos, según el Talmud babilónico, era usado en la fiesta de las Encenias o purificación (hanukkah) con el texto 1 Mac 4, 36-adelante.

Es lamentable ver a Lutero buscar reformar los errores de la Iglesia Católica mientras él a su libre albedrío quitaba libros de LA PALABRA DE DIOS, sólo porque no iban de acuerdo con sus doctrinas. Cuantos evangélicos desconocen estas cosas. 

 Eclesiástico: Este libro fue escrito por Jesús Ben Sirá (180 A.C) y traducido por su nieto al griego (135 A.C). Recopila muchos pensamientos y consejos de sabios. Exalta el valor de la sabiduría, y toca  muchos temas de interés para todos. Hay algo curioso con este libro, si en verdad la Iglesia lo puso para defender algo. La Iglesia enseña que la unidad del Cuerpo de Cristo, que somos todos, incluye a la Iglesia militante, que somos los vivos, la Iglesia purgante que están ya salvos pero en proceso de la santificación final, y la Iglesia triunfante, que están en la presencia de Dios. Además, creemos que podemos orar por los difuntos, y que los santos pueden interceder por nosotros. Entonces vemos un pasaje de este libro:
“El muerto no puede ya alabarle y merecer la vida eterna” (Eclo 17, 18).
Con un sentido protestante, esta cita demostraría que los que no están vivos no pueden orar ni alabar a Dios. Lo que quiero mostrar es que estos libros NO LOS IMPUSO la Iglesia para defender nada, los puso porque son obra del Espíritu Santo. El texto anterior es utilizado para desmitificar “la Comunión de los Santos” e incluso de libros protocanónicos sacan citas parecidas.

También se podría mirar una cita parecida a la de Tobías en eclesiástico 3,32:
“El agua apaga el fuego ardiente, y la limosna expía los pecados”. (Eclo 3,32)
Pero cabe preguntarnos si realmente lo que borra los pecados es la sangre de Cristo, ¿Por qué el autor de la 1 carta de Pedro escribe?:
“el amor borra los pecados” (1 Pe 4, 8). ¿Será que dudaremos hoy de la carta de Pedro por esta frase?

Miremos las citas de este libro que pueden ser tomadas en otros libros:
“No seas hablador en el concurso de los ancianos, ni repitas en tu oración o amontones las palabras” (Eclo 7,15).Comparémoslo con (Mt 6, 7)
“Pues al modo que en el fuego se prueba el oro y la plata, así los hombres gratos a Dios se prueban en la fragua de la tribulación” (Eclo 2, 5-6). Comparar con (1 Pe 1, 7)
“Perdona a tu prójimo cuando te agravia, y así cuando tu implores el perdón, e serán perdonados tus pecados” (Eclo 28, 2).Comparar con (Mt 6, 14).
“Escucha con sosiego lo que te dicen; a fin de que lo entiendas, y puedas dar con prudencia una cabal respuesta” (Eclo 5, 13).Comparar con (Sant 1, 19)
“Venid a mí todos los que halláis presos de mi amor, y saciaos de mis dulces frutos” (Eclo 24, 26). Comparar con (Mt 11, 28)
Que cada lector analice y le pida el Espíritu que lo guíe hacia la verdad.


Sabiduría: Este libro al igual que Eclesiástico nos presenta una serie de consejos y pensamientos acerca de la sabiduría. Fue escrito fuera de Israel, razón por la cual los judíos de Palestina decidieron excluirlos de su Biblia. Se ve muy marcado el pensamiento helénico pero su contenido es bello. Este libro de seguro pensarán los protestantes que la Iglesia lo colocó para defender algo. La verdad es que este libro dedica varios capítulos a atacar la idolatría, de la cual tanto nos acusan. Lo mejor para la Iglesia hubiera sido excluirlo, sin embargo lo dejó. Miremos un pasaje:
“Pues la invención de los ídolos fue el origen de la idolatría, y su hallazgo la corrupción de la vida, porque ni los había en el principio, ni los habrá siempre.” (Sab 14, 12-13)
El texto menciona que los ídolos no durarán para siempre, pero lo raro es que según los protestantes, los católicos somos idólatras y llevaríamos dos mil años haciéndolo. De todos modos este libro nos ayuda aclarar en verdad la diferencia entre lo que la Iglesia enseña como veneración y la verdadera adoración.
 “Y así hacían traer desde lejos los retratos de aquellos a quienes podían los hombres honrar personalmente por estar distantes y exponían a la vista de todos la imagen del rey a quien querían tributar honores, a fin de reverenciarle con su culto, como si estuviere presente. La extrema habilidad del artífice atrajo también a los ignorantes a este culto; porque deseando complacer al que lo hacía trabajar, empleó todos los esfuerzos del arte, para sacar más al vivo la imagen. Con esto embelesado el vulgo, con la belleza de la obra, comenzó a calificar por un dios al que poco antes era honrado como un hombre” (Sab 14, 17-20).
 Como se observa en el último verso, honrar a alguien como hombre NO ES IGUAL a adorarlo como dios, ya que esto último podría suceder posteriormente, como lo indica el texto. El texto usa palabras como “reverenciar, tributar honores, honrar” NUNCA dice adorar, ya que esto solo se da a Dios. Muchos de los enredos que tienen los protestantes por no entender la diferencia entre veneración y adoración es por culpa de no tener en su Biblia, la verdadera revelación de Dios.

Ahora, miremos algunas referencias del Nuevo Testamento en este libro:

        “Por tanto recibirán de la mano del Señor el reino de la gloria y una brillante corona; los protegerá con su diestra, y con su santo brazo los defenderá. Tomará la justicia por coraza, y por casco el juicio infalible. Alzará por escudo impenetrable la rectitud.” (Sab 5, 17.19-20) Comparar la idea con (Ef 6, 14)  
        “Como que es el resplandor de la luz eterna, y un espejo sin mancilla de la majestad de Dios, y una imagen de su bondad. Y con ser una sola lo puede todo; y siendo en sí inmutable, todo lo renueva, y se derrama por todas las naciones” (Sab 7, 26-27). Comparar con (Heb 1, 3)
        “Juzgarán a las naciones y señorearan a los pueblos, y el Señor reinará con ellos” (Sab 3, 8). Comparar con (1 Cor 6, 2)


Judith. El libro de Judith es más que todo una novela que realza el valor de fe de esta mujer para librar a su pueblo. Es en una forma figurada, una imagen de María, ya que por su fe, Israel fue librado. Esto de María es razón suficiente para que un protestante rechace este libro, pues sabemos qué papel dan a la madre que Jesús nos dejó. En este libro no han encontrado puntos doctrinales para atacar, mas sin embargo, miremos qué  relación existe entre Judith y María.

“Porque te has portado con varonil esfuerzo, y has tenido un corazón constante; porque has amado la castidad, y no has conocido otro varón que tu difunto marido; por esto también la mano del Señor te ha confortado, y por lo mismo serás bendita para siempre” (Jud 15, 11).
Lo que se resalta es que a Judith se le llame bendita para siempre si se compara con (Lc 1, 28. 42). A Judith la bendicen los hombres pero a María la bendice Dios.

Otro texto de Judith (histórico) que se ilustra en el Nuevo Testamento es:
“Al contrario, aquellos que no sufrieron las tentaciones con el temor del Señor, sino que manifestaron su impaciencia y prorrumpieron en injuriosas murmuraciones contra el Señor, fueron exterminados por el ángel exterminador, y perecieron mordidos por las serpientes”. (Jud 8, 26-27). Comparar con (1 Cor 9-10).

 Baruc. Este corto libro que toma mensajes sobre la deportación y habla del destierro, no tiene ningún conflicto doctrinal ni bíblico, por eso es ignorado por los protestantes a la hora de atacar los deuterocanónicos.
 De todos modos, el libro ¿Qué es la Biblia? presentará una cita de Baruc como muestra de ser una profecía falsa:
“Llegados, pues, a Babilonia estaréis allí muchísimos años y por muy largo tiempo, hasta siete generaciones; después de lo cual os sacaré de allí en paz”. (Bar 6, 2)
Parece ser que lo que el libro critica es la expresión “siete generaciones”  que indicaría mucho más tiempo que lo que Israel duró en el destierro; pero la realidad es que Baruc está tomando cada generación de diez años.
 Este libro de Baruc era leído en el día de la Expiación según testimonio de las Constituciones apostólicas.
 Además de estos siete libros, existen fragmentos de Esther y de Daniel que los judíos palestinense no admitieron. En todo caso, la Septuaginta no coloca estos fragmentos como apéndices separados, razón por lo cual, ellos reconocían su valor canónico como parte del texto original.
  
La Época de Jesús
Un hecho que puede inclinar la balanza a favor de los argumentos católicos lo pueden dar los hechos del Nuevo Testamento. Jesús muchas veces se refiere al Antiguo Testamento (pero no explícitamente) dando testimonio de que si eran de valor para los judíos. Por ejemplo, en Lc 4,16-19, Jesús lee un texto de Isaías, en Mt 5,38-39, hace referencia a Levítico, en Mt 9, 13hace referencia a Oseas, y así hay muchas más. Pero recordemos que los evangelios a excepción del de Mateo fueron escritos en griego. ¿De dónde sacaron las alusiones del antiguo Testamento los evangelistas?  Pues claro que de la Septuaginta por también estar en griego y sabemos que está constaba de 46 libros.
Además, 300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento son tomadas de la Septuaginta y no del canon hebreo.
 Cuando Jesús se refiere a la Biblia, sólo hace mención como Ley, profetas y salmos (Lc 24,24-27) sin especificar más. Esto se entiende ya que en su época no había un canon definido.
 Pero tampoco hizo alusión a otros libros del Antiguo Testamento y sin embargo los protestantes los consideran como canónicos: Por ejemplo Ester, Sofonías, Eclesiastés, Cantar, Abdías o Nahum. ¿Será que bajo ese argumento dejaremos por fuera los libros que Jesús no mencionó? Es ridículo.
 Además, los protestantes, tiene como canónicos libros con citas de referencias no canónicas:
Por eso se dice en el libro de las guerras de Yahvé” (Num 21,14) ¿Este libro aparecerá en la Versión reina Valera? Te aseguro que no, y sin embargo el libro de los Números es canónico
“Y el sol se detuvo  y la luna se paró hasta que el pueblo  hubo tomado desquite de sus enemigos. Así está escrito en el libro del Justo” (Jos 10,13)¿Será que a Lutero se le olvidó traducir este libro al alemán?
“David compuso el siguiente cántico para Saúl... y está escrito en el libro del Justo” (2 Sam 1,18). ¿El rey David usó un libro apócrifo?
  
En el Nuevo Testamento cuando ya los libros del canon hebreo estaban cuajados es imposible pensar que a alguien se le ocurriera escribir un texto basado en un libro no inspirado. Sin embargo, el apóstol Judas (no el traidor) escribe una carta que aparece en cualquier Nuevo Testamento protestante, en donde se basa en un libro apócrifo:
“Ni siquiera el arcángel Miguel cuando discutía con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés se atrevió a proferir algo injurioso” (Jud 1,9).
 ¿Será que a uno de los doce ungidos de Jesús se le hubiera apartado el Espíritu Santo para que se basara en un apócrifo? Lo que realmente podemos analizar es que aun en la época de Jesús no existía un canon cerrado de los libros que podían considerarse sagrados e inspirados por Dios. No existe argumento para truncar la revelación de Dios hasta Malaquías pues la referencia que usó Judas fue “La Asunción de Moisés”, un apócrifo del año 4 A.C.
 Algunos protestantes que reconocen que la Septuaginta usada en la época de Jesús contenía más libros, llegan a decir ahora, que los siete libros deuterocanónicos eran suplemento del rollo grande. Este argumento no es válido ya que si los deutero no eran canónicos hubieran contaminado el rollo grande.
 Se puede inducir un proceso tácito de canonicidad de los deuterocanónicos, por el simple hecho del papel que da la Iglesia primitiva a la versión de los Setenta. Ese uso indiscutido y su subsiguiente extensión por las Iglesias da a entender la aprobación de los Apóstoles a esta versión, que contenía los deuterocanónicos.

martes, 27 de diciembre de 2016

La Cremación Práctica Masónica





En los últimos años se está extendiendo cada vez más la práctica masónica de la cremación, que consiste en la destrucción violenta del cadáver humano por medio del fuego o de un gran calor.
Parece entonces no sólo oportuno sino urgente, recordar a nuestros lectores la disciplina de la
Iglesia Católica codificada en el Código de Derecho Canónico promulgado por el Papa Benedicto XV en 1917 y la cual todavía está en vigor.
La ley de la Iglesia prohíbe expresamente las siguientes acciones:

a)      Cremar un cuerpo
b)      Cooperar formalmente a la cremación
c)       Dar orden de que el cuerpo propio o el de otro sea cremado
d)      Formar parte de una sociedad de la que los miembros se comprometen a hacer cremar el cuerpo propio o el de personas de las que puedan disponer
e)      Dar la absolución sacramental a una persona que ha ordenado que su cuerpo sea cremado y que no quiere revocar dicha orden; dar a esta misma persona, después de su muerte, la sepultura eclesiástica

(cánones 1203; 1240, §1, nº 5; 2339).

Diez motivos (entre muchos otros) para oponerse a la cremación

La Iglesia considera la práctica de la cremación de los cadáveres “una práctica bárbara que no sólo repugna a la piedad cristiana, sino también a la piedad natural hacia los cuerpos de los difuntos, y que la Iglesia, desde sus orígenes, ha prohibido constantemente” (Instrucción de la Sagrada Congregación del Santo Oficio, 19 de junio de 1926).
Trataré de enumerar algunas razones por las que no es conveniente proceder a la cremación de los cadáveres.

1.       Nuestro Señor Jesucristo mismo quiso ser sepultado (Jn. XIX, 40), de acuerdo con toda la tradición del Antiguo Testamento.
2.       La cremación parece querer significar que los cuerpos son descompuestos y dispersos para siempre, mientras que el rito contrario de inhumación acompaña la idea de la muerte comparada al sueño (Jn. XI, 11-39) y expresa con más fidelidad la fe cristiana en la resurrección final.
3.       La inhumación expresa el símbolo cristiano y bíblico del cuerpo considerado como una semilla que da lugar a una nueva vida: “si el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda sólo, pero si muere, da mucho fruto” (Jn. XII, 24; ver también 1 Cor. XV, 36-44).
4.       Toda la liturgia de la Iglesia honra el cuerpo del difunto, que ha sido templo del Espíritu Santo, y está destinado a resucitar de la muerte, mientras que la cremación lo destruye violentamente por el fuego, símbolo del fuego eterno...
5.       La Iglesia siempre ha practicado el culto de las reliquias de los Santos, mientras que ha reservado la pena del fuego para los cuerpos de los herejes impenitentes.
6.       Los primeros cristianos ya la tenían en horror, como atestigua el pagano Minucio Félix: los cristianos, escribe, execrantur rogos, et damnunt ignium sepulturas.
7.       Por todas partes por donde se difundió el Evangelio, desapareció la cremación.
8.       La cremación ha sido restablecida por los enemigos de la Iglesia, primero con la revolución francesa, y luego en el siglo XIX, para negar la resurrección de la carne y para combatir a la Iglesia.
9.       Es la secta masónica la que ha promovido y promueve las asociaciones en favor de la cremación.
10.   Es la misma secta la que solicitó y obtuvo (bajo Pablo VI) la modificación de la ley eclesiástica contra la cremación, enésima concesión de los neo-modernistas a los enemigos de la Iglesia.

La masonería y las asociaciones en favor de la cremación

Después del intento de introducir la cremación durante la revolución francesa (con un proyecto de ley en el Consejo de los Quinientos, el 11 de noviembre de 1797), hubo que esperar hasta la segunda mitad del siglo XIX para ver el nacimiento, precisamente en Italia, de un activo movimiento cremacionista.
La más antigua asociación para la cremación en Italia es la de Milán, y se remonta a 1876. En resumen, se difundieron varias asociaciones para la cremación, especialmente en el norte del país: en Pavía en 1881, Turín, Livorno, Firenze y Venecia en 1882, en Bolonia en 1889, en Génova en 1897, etc. La ley sanitaria que la autoriza es de 1888 (gobierno Crispi, masón), mientras que en Francia una ley similar se remonta al año anterior.
En Milán, promotores de la cremación de cadáveres son (según el sitio de internet de la
So.crem) Malachia de Cristoforis, Gaetano Pini, Giuseppe Mussi, Agostino Bertani... y la misma sociedad se enorgullece de una carta de Giuseppe Garibaldi, con la que “el Héroe de los dos mundos” se dice inscripto en la asociación para la cremación. Todos exponentes de primer plano del mundo político de entonces. Pero no únicamente...
Giuseppe Mussi, en efecto, fue Gran Maestre de la Gran Logia del Rito Simbólico Italiano (RSI) de 1885 a 1886: fue sucedido precisamente por Gaetano Pini. Malachia de Cristoforis estuvo en el Consejo de la Orden del Gran Oriente; Agostino Bertani, en la Logia Propaganda del G.O.I. En cuanto a Garibaldi, nadie ignora que era Gran Maestre del Gran Oriente de Italia. Ambrogio Viviani en su Historia de la Masonería lombarda (Bastogi, 1992, pág. 118), escribe: “Una de las actividades masónicas de este período se ejerce en el campo de la cremación (...). En Milán, en 1876, se constituye la ‘Società di cremazione’, por iniciativa de Malachia de Cristoforis, Gaetano Pini, Giuseppe Polli, Giovanni Sacchi, Giuseppe Pozzi; en los años sucesivos surgen la Sociedad de cremación de Cremona y Brescia (1883), de Varese (1884), de Mantua (1888), de Bérgamo y Monza (1886). El Templo crematorio de Milán, debido a la obra de los Hermanos, se inauguró en 1884”.

La Sociedad para la cremación era como un “doble” de la Serenísima Gran Logia del Rito Simbólico Italiano: a la cabeza de las dos asociaciones Carlo Meyer y Federico Wasmuth, ambos presidentes de la Serenísima Gran Logia de la RSI, y Alceste Cristofanini, del RSI, igualmente Gran Maestre honorario del Gran Oriente.
Turín no es una excepción. El So.crem local cita los nombres del Dr. Jacob Moleschott, pero omite decir que él era un hermano masón, así como los otros pioneros y correligionarios israelitas, Cesare Goldmann y Luigi D’Ancona. Los tres primeros presidentes de la So.crem subalpina son tres eminentes masones: así Ariodante Fabretti, carbonario, miembro de la Giovane Italia, pero también del Consejo Supremo del 33º del Rito Escocés; Tommaso Villa (que fue presidente de la Cámara y Senador del Reino) y Luigi Pagliani. Y podríamos seguir... Todos estos nombres se hallan en las obras de historia de la Masonería, por ejemplo, en la de A.A. Mola (ed. Bompiani, 1976).

Hoy, para tranquilizar a los católicos, las asociaciones para la cremación citan a Pablo VI, pero en realidad la atmósfera sigue siendo la de aquellos tiempos en que con ritos crematorios (y ahora con las “salas de despedida” en el “templo crematorio”) se quiso crear una “muerte laica” para reemplazar las ceremonias del catolicismo.

Fuera de Italia, la asociación por la eutanasia ostenta orgullosamente su estrecha colaboración con el U.A.A.R. (Unión de Ateos Agnósticos Racionalistas) y la So.crem (Sociedad para la cremación). Hoy como ayer nada ha cambiado realmente.